viernes, 1 de junio de 2007

Lost in translation

Esto de ver otra vez la misma película es excelente test de cuan buena la consideras. Lost in translation ha evocado viejos y nuevos estados de ánimo.

Cualquiera que viaje o haya viajado solo a un país desconocido, donde el idioma y la cultura es diferente, sin duda habrá tenido los mismo sentimientos individuales de Murray y Johanson. También estoy seguro que muchos; los colectivos. Y no sólo en los sentimientos, si no que, quizá, también habrán llegado al mismo estado emocional.

¿Cuán lejos debe uno viajar para encontrarse a sí mismo en su completitud?
¿Qué hacer cuando lo cotidiano no tiene cabida en nuevos lugares y nuevas realidades?
¿Acaso lo que das por sentado, puede explicarte lo que no tienes?

Parece que llega la hora de la filosofía y el psicoanálisis barato. Al final siempre queda la misma sensación de cuando bebes demasiado alcohol idem: pesadez mental.

Decidido; me meto en la cama, cierro los ojos y no pienso nada más hasta mañana.

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